La sonda espacial Cassini encontró en Encelado compuestos químicos esenciales para sustentar la vida. Se trata de un fenómeno similar al que existe en las profundidades de los océanos de la Tierra.
La nave Cassini, que está a punto de comenzar la fase final de su misión antes de estrellarse contra Saturno el próximo mes de septiembre, realizó hace dos años una serie de sobrevuelos alrededor de una de las lunas de Saturno, Encelado.
Durante una de sus inmersiones más profundas, la sonda espacial exploró los géiseres que emanan de las grietas situadas en la región polar sur de Encélado. Tras analizar los datos obtenidos, el equipo de Hunter Waiter determinó que había hidrógeno y, en menor medida, dióxido de carbono en el vapor que salía de esas regiones del satélite.
En la Tierra, la presencia de vida está asociada con diversos elementos químicos (carbono, hidrógeno, nitrógeno, oxígeno, fósforo y azufre). A día de hoy, dado que todavía no se ha realizado ninguna misión que explore in situ la luna de Saturno, es complejo comprobar cuál es la composición de Encelado, aunque sí sabemos que el satélite está recubierto por una capa helada.
Los científicos de la NASA descartan que los elementos hallados puedan originarse a través de simples procesos geoquímicos. A su juicio, los ingredientes químicos encontrados son fundamentales para que ocurra un proceso denominado metanogénesis, un mecanismo que utilizan en la Tierra algunos microorganismos para sobrevivir en ambientes oscuros y submarinos.
Los resultados, que han sido publicados hoy en la revista Science, no solo demuestran la presencia de este compuesto en las columnas de gas, sino que muestran que la única fuente plausible de este hidrógeno son, efectivamente, reacciones hidrotermales similares a las que se producen en la Tierra. «Creemos que la fuente más plausible de este hidrógeno son las reacciones hidrotermales que tienen lugar en contacto con la roca caliente», explican los científicos.
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