Dan Burisch, doctorado en microbiología y ex trabajador de las fuerzas militares secretas de los Estados Unidos, detalla gran información desconcertante sobre extraterrestres, máquinas del tiempo, planes gubernamentales secretos y la extinción humana.
Dan Burisch, nacido en California en 1964, estudió microbiología y psicología en la universidad de Las Vegas, Nevada. Se graduó en 1986 e hizo un doctorado en microbiología en 1989 en el estado de Nueva York.
Aficionado al deporte desde pequeño, jugaba al baloncesto. Pero su verdadera pasión eran las ciencias y a los cinco años le regalaron su primer microscopio, luego que luego le llevó a ser el miembro más joven de la sociedad de microbiología de Los Ángeles.
En 1986 recibió una visita inesperada en la universidad de Las Vegas, del llamado gobierno “secreto” de Estados Unidos. Dos de aquellos hombres, con uniforme militar, le ofrecieron trabajar en un proyecto de alto secreto donde podría poner en práctica su talento a un nivel máximo. En 1987 comenzó a trabajar en una oficina del Gobierno Estatal de Nevada relacionada con la libertad condicional de presos. En 1989 empezó a recibir muestras de tejidos. Burisch las examinaba en otro lugar y mandaba el reporte hacia el lugar de origen de las mismas. En 1989 trabajó en un proyecto secreto y también en el llamado “Sharp Storm”. Pero en 1994 fue llevado a un lugar subterráneo llamado “Siglo IV” que es parte del propio Área 51, donde comenzó a trabajar en el proyecto “Acuario”.
Allí supo que los militares estaban en posesión de naves y seres extraterrestres. En un departamento había información sobre unos seres llamados Oriones, unos seres provenientes del sistema de estrellas Z Retículi. También una copia del acuerdo echo por el Presidente Eisenhower, unos seres llamados P-50 y los llamados Oriones.
En un lugar que llaman La Bahía de Galileo, Burisch pudo ver distintos tipos de naves espaciales. Una de ellas fue la nave que Bob Lassar (ex trabajador de la Nasa que dio a conocer en la década de los ochenta el Área 51). Otra de las naves que vio era la que se estrelló en Roswell en 1947.
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Según Burisch, tenemos un concepto equivocado de los extraterrestres. Aclara que no es lo mismo alienígenas y extraterrestres. Sino que los alienígenas son seres que vienen de otros planetas, y que los extraterrestres son humanos en el futuro y que viajan en el tiempo para resolver ciertos problemas, pero que son de la tierra, pues estos en realidad son la evolución del ser humano durante miles de años.
Se distinguen en cuatro grupos. Se clasifican con la letra P, que significa tiempo presente y los años que nos llevan en el futuro. Por ejemplo, los de Roswell son P-24. Es decir, tiempo presente más 24 mil años en el futuro. Los otros se conocen como: J ROD P-45, J ROD P-52 y P-54.
Dice que estos JROD sufren una enfermedad muy dolorosa y él participaba en este proyecto para intentar buscar una cura. Afirmó haber tomado muestras de sangre una hembra de estos seres y que durante dos años trabajó en este proyecto estudiando al ser.
Asegura que llegaron a entablar una relación amistosa y que en uno de los encuentros cara a cara, ésta se saltó el protocolo abalanzándose sobre él. Le transmitió telepáticamente gran cantidad de información en la que pudo saber que dos terceras partes de la humanidad murieron en una catástrofe nuclear.
Una parte de las personas se ocultaron bajo tierra para poder sobrevivir y otros lo hicieron en la superficie. 24 mil años después los seres más avanzados de la tierra podían viajar en el tiempo, por lo cual viajaron a Roswell en 1947. La nave de Roswell era realmente una máquina del tiempo. No venían de otro planeta sino de la tierra.
Según el coronel Philip J. Corso (1914 – 1997) que escribió el libro “El día después de Roswell”, los seres fueron hechos para viajar en el espaciotiempo. Tenían dos cerebros, uno de ellos para controlar las naves. Y no se reproducían. Afirmó también que aquella nave fue la clave del avance tecnológico.
Otros grupos “supervivientes” a la extinción, evolucionaron en la Luna, Marte y finalmente en Orión, de donde proceden los P-52, o los Oriones, que, a pesar de ser Terrestres, colonizaron también estos otros lugares.
Los P-45 serían los más maquiavélicos, sedientos de que pase en nuestro futuro la catarsis nuclear para poder justificar su existencia. Estos son los responsables de la mayoría de abducciones. Carecen de empatía emocional.
Eisenhower se reunió con estos grupos extraterrestres con el fin de evitar la evidente catástrofe nuclear. En este encuentro se hicieron discusiones diplomáticas entre civilizaciones y se aprobó un acuerdo para abducir seres humanos con el fin de estudiarlos, siempre que estos no sufrieran ni recordaran nada de lo sucedido.
Los Oriones regalaron al Presidente Eisenhower un cubo de unos ocho centímetros de ancho por otros ocho de largo, capaz de predecir el futuro. Fue pasado entre ricos y poderosos para poder escoger bien en sus vidas.
Burisch trabajó directamente bajo las órdenes del “Majestic 12”. Una de sus declaraciones más importantes son las relacionadas con los “StarGates”. Son unos aparatos fabricados en la tierra, pero de tecnología extraterrestre.
Según el doctor Burisch, la información de cómo fabricarlas está en las tablas Sumerias. Se utilizaban para comunicarse con otras civilizaciones extra planetarias. Con ellas se podía acceder a un agujero de gusano. Al lado de este enorme aparato, había una plataforma que permitía lanzar al objeto al agujero de gusano para viajar a otras estrellas, tele transportando así a personas o materiales de un lugar a otro instantáneamente.
Pero Burisch afirma que no es muy fiable y que vio a una persona morir durante uno de los experimentos. Este aparato también se le conoce como “Looking Glass” y se usaba para ver probabilidades de eventos futuros. Según vieron, la catástrofe ocurriría por culpa de estos Stargates. Según el doctor, hay cincuenta Stargates en la tierra.
Aunque se han desmontado al parecer todos los Stargates, seguimos en peligro de extinción hoy en día.
https://www.youtube.com/watch?v=rptPIhU5FqU
Miguel Ángel Fuentes
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