La lucha del movimiento feminista a nivel mundial ha sumado cada vez más activistas en estos últimos tiempos. Basta con rever fotografías del 8 de marzo o del pasado Encuentro Nacional de la Mujer para darse cuenta de la magnitud de esta acción colectiva que exige incansablemente la igualdad de derechos para ambos sexos.
A pesar de que los medios de comunicación en general continúen difundiendo una lectura machista de la realidad, es innegable que la ficción por cable ha aplicado una perspectiva de género que, afortunadamente, enriquece el debate. Basada en la novela homónima de 1985 de Margaret Atwood, The Handmaid’s Tale (El Cuento de la Criada) plantea una sociedad distópica en la que el patriarcado predomina a través de su máxima expresión de violencia.
Imagina un golpe de Estado en la democracia más poderosa del mundo. EEUU pasa a ser una teocracia. Sin Constitución, sin Congreso y sin libertad, se instaura una dictadura que recupera el puritanismo de siglos anteriores donde la mujer es anulada y despojada de cualquier derecho. No pueden trabajar, no disponen de su dinero y son reclutadas según su fertilidad. Bienvenido a la República de Gilead.
Hace 33 años, la escritora canadiense Margaret Atwood empezó a escribir esta distopía, ‘El cuento de la criada’ en su traducción al castellano. Adaptada sin éxito al cine o la ópera, ahora se convierte en serie de la mano de la plataforma Hulu (en España puede verse en HBO España). La autora, que también participa como consultora en la ficción y tiene un pequeño cameo, ha publicado un ensayo se incluye en la reedición del libro en España a cargo de la editorial Salamandra. En este texto, Atwood cuenta que le costó años enfrentarse a la historia, pero finalmente lo hizo bajo dos premisas.
Como había nacido en 1939 y había conocido el horror de la Segunda Guerra Mundial, sabía que el orden establecido puede desvanecerse de la noche a la mañana. «En determinadas circunstancias puede pasar cualquier cosa en cualquier lugar», señala. Lectora de ficción especulativa, no quería digresiones ni mundos inverosímiles, tenía claro que los personajes tenían que ser reales en base a lo que ella había visto o sabía que existía.
Así construyó este relato aterrador que la serie La Criada da la profundidad y reposo que necesita para el desarrollo de los personajes. Una sociedad imaginaria en la que las mujeres son sometidas y catalogadas como ganado ante los problemas de natalidad por la depravación moral y los avances científicos. Las infértiles son enviadas a colonias –una especie de campos de concentración- a limpiar y las fértiles reciben formación –y palos- en un centro para ‘servir’ a los señores y sus esposas como vientres de alquiler.
La narración se articula en tres líneas temporales que comparten miradas, detalles y silencios con una estética especial, de luz blanca y mujeres que parecen haber salido de cuadros de Vermeer. Primeros planos, claroscuros y una voz en off, que intenta mantener el equilibro y sentirse libre, convergen entre escenas dantescas y rituales violentos. Elisabeth Moss, la Peggy Olson de ‘Mad Men’, encabeza el reparto de, posiblemente, una de las ficciones más reflexivas en el actual contexto político.
¿Por qué es un distopía actual? En este jardín imaginario –como dice Atwood- escrito en los 80, la mayoría de elementos no solo no resultan lejanos sino que su vigencia asusta.. Mira el siguiente video de nuestros compañeros de Planeta Snakedos.. y déjanos tu comentario más abajo!
https://youtu.be/uaNurbR9xLs
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