El kraken es una criatura mitológica con forma de pulpo o calamar, que supuestamente merodea los mares y que aparece a menudo en las crónicas de los navegantes antiguos
Se dice que esta criatura emergía de las profundidades para atacar a toda embarcación que se le cruzara, ya que tenía fuertes y largos tentáculos capaces de enroscarse en los mástiles de los barcos y luego devorar a los marinos que caían al mar.
Si su estrategia de abrazar mortalmente al barco fallaba, pasaba al «Plan B» que consistía en dar vueltas alrededor de la embarcación y formar un remolino tan fuerte que pudiera hundir cualquier navío.
En 1752, el obispo de Bergen (Noruega) Erik Ludvigsen Pontoppidan, escribió un libro titulado “Historia natural de Noruega” en donde describió al Kraken como una «isla flotante» de más de 2 km.
Se cree que las historias de este monstruo gigante fueron inspiradas por avistamientos de una especie de calamar gigante llamada “Architeuthis Dux”, la cual aún continúa siendo un misterio para la ciencia debido a la gran profundidad en la que habita.
Leyendas y realidad científica
Este mito se hizo tan fuerte, que el Kraken todavía se podía encontrar en los primeros estudios científicos del mundo natural en el siglo XVIII en Europa.
Ni aún Carl Linnaeaus –padre de la calificación biológica moderna- pudo evitarlo e incluyó al Kraken entre los moluscos cefalópodos en la primera edición de su innovador Systema Naturae (1735).
En 1853, el naturalista Japetus Steenstrup encontró en una playa noruega los restos de un calamar gigante, logrando recuperar el gigantesco y afilado pico, el cual utilizó para describir al “Architeuthis dux” regresando nuestra imagen del Kraken al del animal que originó el mito.
No se sabe mucho de estos animales debido a la gran profundidad en la que habitan, pero se cree que existen más de 20 especies distintas de calamar gigante.
Hasta ahora el calamar más grande del que se tiene registro, fue encontrado en Nueva Zelanda y pertenecía a la especie Mesonychoteuthis Hamiltoni, que medía 18 metros de longitud y pesaba 495 kilos.
Sin duda podemos entender como los marineros que avistaban a esta bestia por primera vez, pensaban que era un ser diabólico y monstruoso, convirtiéndolo en leyenda al paso de los años.
Los ojos del calamar gigante son los más grandes del reino animal y son cruciales en las oscuras profundidades donde habita (de 1.100 a 2.000 metros de profundidad).
Al igual que algunas otras especies de calamares, el Architeuthis tiene bolsas en sus músculos conteniendo una solución de amonio, el cual es menos denso que el agua marina.
Esto le permite flotar debajo del agua, es decir, puede mantenerse estable sin nadar activamente.
Durante muchos años los científicos debatieron sobre si el calamar gigante era un rápido y ágil cazador, como el poderoso predador de leyendas o un cazador de emboscada.
Tras décadas de discusión, en 2005 los investigadores japoneses T. Kubodera y K. Mori filmaron un Architeuthis vivo en su hábitat natural, a 900 metros de profundidad en el Pacífico Norte, mostrando que es un poderoso y rápido nadador que usa sus tentáculos para capturar a sus presas.
A pesar de su tamaño y velocidad, el Architeuthis tiene un predador: el cachalote.
Las batallas entre estos titanes deben ser frecuentes, ya que es común encontrar cicatrices en la piel de las ballenas, dejadas por los brazos y tentáculos del calamar, los cuales tienen ventosas alineadas con afiladas estructuras parecidas a dientes.
Pero un Architeuthis no tiene los suficientes músculos en sus tentáculos como para apretar a su presa, ni para superar a un cachalote en un “duelo”.
Su única opción es el escape, cubriendo su salida con la usual y famosa nube de tinta.
Aunque ahora sabemos que esto no es solo una leyenda, el calamar gigante se mantiene tal vez como el animal más esquivo del mundo, lo cual contribuyó en gran medida a su aura de misterio, perpetuando así la leyenda por cientos de años.
Todavía hoy en día muchas personas se sorprenden al saber que este animal realmente existe.
Después de todo, aun tras mucha investigación científica, el Kraken todavía está vivo en la imaginación popular gracias a películas, libros y videojuegos.
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