La existencia del alma continúa siendo un tema de debate entre los círculos científicos, religiosos y filosóficos. En caso de existir ¿Qué sucede cuando morimos? ¿Ésta muere con nosotros o es inmortal?
Stuart Hameroff, un doctor estadounidense, junto al físicobritánico Sir Roger Penrose, han estudiado este tema durante muchos años ¿El alma muere junto a la persona?
Para saber más sobre el tema han desarrollado la «Teoría Cuántica de la conciencia». Esta establece que el alma se encuentra contenida dentro de una estructura conocida como «microtúbulos».
Estas estructuras se encuentran alojadas dentro de las células del cerebro. Esto podría significar que, al morir, el alma no es más que «información» que volvería al universo.
El Alma y la Teoría Cuántica de la conciencia
Esta idea nace a partir del concepto de que nuestro cerebro es en realidad una computadora biológica. 100 billones de neuronas trabajan mediante conexiones sinápticas que actúan como redes de información.
Hameroff y Penrose han desarrollado esta teoría desde 1996. Sugieren que toda nuestra experiencia de conciencia es el resultado de los efectos de la gravedad cuántica en los microtúbulos. Este proceso lo llaman «reducción objetiva orquestada», o Orch—OR.
Durante experiencias cercanas a la muerte, estos microtúbulos pierden totalmente su estado cuántico, pero la información que almacenan permanece intacta.
En pocas palabras, podríamos decir que el alma de las personas no muere junto al cuerpo físico, sino que esta regresa al universo.
De regreso al Universo
Gracias al documental «Through the Wormhole», publicado en el año 2017 en el canal Science, pudimos conocer mucho más de esta teoría gracias al actor Morgan Freeman.
Se nos explica que, a pesar de que el corazón deje de latir y la sangre deje de fluir por nuestro cuerpo, lo que significaría que los microtúbulos pierden su estado cuántico, el alma sigue «viva».
La información almacenada en los microtúbulos jamás se destruirá por que no puede ser destruida. Sencillamente se disipa, volviendo a ser una con el universo.
En caso de que la persona fallecida sea resucitada a través de los procedimientos médicos, dicha información cuántica vuelve a los microtúbulos, ya que ahí se formó.
Obviamente, esta teoría choca directamente contra los prejuicios religiosos y científicos ortodoxos, los cuales aseguran que el alma es una especie de energía sobrenatural o que, sencillamente, no existe.
Aun así, no se puede negar que esta explicación parece ser mucho más lógica que cualquiera de las otras dos posturas.
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