En el imaginario popular y en la literatura es recurrente la idea de aquella persona que despierta un día, sin recordar su rastro ni su identidad. Aunque la amnesia es relativamente común, suele ser más focalizada y ocupar espacios de tiempo no tan largos, por lo que es relativamente raro que una persona no recuerde, literalmente, su procedencia.
Sin embargo, sucede de vez en cuando, y puede alcanzar tintes dramáticos. Uno de los casos más conocidos ocurrió hace unos años en Georgia, Estados Unidos, cuando un hombre apareció detrás de un local Burger King en la ciudad de Richmond Hill. Completamente perdido, incapaz de recordar su rastro ni nada de su vida pasada, el sujeto se aprestó a comenzar una nueva historia en el país del norte.
El hombre adoptó el nombre de Benjaman Kyle cuando quedó claro que no era posible conseguir identificación alguna. Fue hallado por una mujer del servicio de Burger King desnudo, con serias picaduras de hormiga de fuego y completamente quemado: de acuerdo con la señora, originalmente pensó que estaba muerto. Cuando despertó, más de dos semanas después, no tenía la menor idea de quién era.
El hombre fue diagnosticado con amnesia retrógrada, la cual se caracteriza precisamente por hacer que un individuo pierda la memoria previa a algún momento sin afectar su construcción futura de recuerdos. Fue bautizado como Burger King Doe, pues el nombre John Doe (normalmente usado para las personas sin identificación en los Estados Unidos) ya había sido asociado a otro paciente.
Aprovechando las iniciales que ya le habían impuesto en su paso por el Hospital, el hombre optó por adoptar el nombre de Benjaman Kyle, aunque algunos afirman que de hecho recordaba que Benjaman (o algún nombre parecido) era su nombre original. Su apellido sí fue imposible de encontrar.
Al despertar, Benjaman se encontró con un serio caso de cataratas en cada uno de sus ojos. Su vista, muy limitada, no mejoró hasta que una recolecta caritativa le permitió realizarse una cirugía nueve meses después. Al verse en un espejo (y encontrarse frente a un completo extraño) se dio cuenta que era unos 20 años más viejo de lo que suponía.
Pudo existir un tiempo en el que una persona no necesitaba saber quién era. Pero en el mundo moderno y, en particular, en los países desarrollados, el carecer de identidad puede ser bastante complicado. En el caso de Benjaman Kyle, su vida pronto se convirtió en una pesadilla.
Al carecer de número de la seguridad social le resultó imposible conseguir un trabajo, y no digamos ingresar al sistema de salud de los Estados Unidos. Por varios años vivió en el refugio de la Casa Grace y en varios hospitales donde intentaba mejorar su condición, y con las pocas pistas disponibles, reubicar su pasado. Pero sus esfuerzos (que por cierto, recibieron más bien poco apoyo de las instituciones) fueron infructuosos.
Fue gracias a una enfermera que Kyle pudo conseguir algo de trabajo arreglando jardines, y también que su caso comenzó a ganar popularidad. En el año 2011 un grupo de la Universidad del Estado de Florida le propuso realizar un documental, lo que lo llevó a viajar a pie hasta Jacksonville, en aquel estado norteamericano.
Al final, el documental se probó bastante exitoso. En primer lugar, le permitió a Kyle obtener un trabajo como fregachín (lavador de platos) en el que se le pagaba en efectivo, sin necesitar un número de seguridad social. En segundo lugar, hizo que más personas estuviesen al tanto de su situación.
Y fue entonces cuando un grupo de genealogistas decidieron ayudarle. Analizando muestras de ADN comenzaron a rastrear a su familia y hacia mediados de 2014 Benjaman por fin supo su procedencia.
De acuerdo con sus declaraciones, Benjaman habría abandonado Indiana en 1976 y desde entonces su familia no habría sabido nada de él, le perdieron el rastro: llegaron a suponer que estaba muerto. Por esta razón no se ha encontrado con ellos y tampoco ha revelado su identidad públicamente con miras a protegerlos de los medios.
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