Los estudios han revelado que la protuberancia, la cual puede alcanzar los veinte milímetros, aparece de manera significativamente más probable entre los más jóvenes, aseguran investigadores australianos. Un cuerno que aparece en las personas…
Es un hueso que posee la forma de un pico, conocido como protuberancia occipital externa, la cual aparece en la parte posterior de la cabeza, levemente sobre el cuello. Este puede sentirse fácilmente con el tacto y, a veces, puede ser visible en personas calvas o con poco cabello.
David Shahar, de la Universidad de Sunshine Coast, revela a la BBC que durante sus veinte años de trayectoria como médico, solamente ha visto el nacimiento de esta protuberancia durante la última década.
Tras el hallazgo, el científico decidió llevar a cabo más estudios para descubrir el alcance de la propagación de este fenómeno. En el 2016, lideró un estudio que estudió a 218 personas, de entre dieciocho a treinta años.
El trabajo, que se publicó en la revista Journal of Anatomy, reveló que el cuarenta y un por ciento de los sujetos tenían «picos» en sus cabezas de al menos diez milímetros, mientras que un diez por ciento lo tenían de veinte milímetros.
Otro estudio publicado el año pasado por la revista Nature, se enfocó en determinar la edad en que las personas empezaban a tener esta formación. Con la participación de mil doscientos sujetos de pruebas de dieciocho y ochenta y seis años, el análisis reveló que era «mucho más probable» encontrar la protuberancia en personas entre dieciocho a treinta años.
El experto sugiere que los culpables son los dispositivos inteligentes. Cuando la persona se inclina sobre la pantalla, los músculos del cuello se tensan para poder sostener la cabeza. Ese peso, aproximadamente de cuatro kilos y medio se, se concentra justo en donde aparece el pico.
Los especialistas piensan que el cuerpo está intentando adaptarse para aliviar esta presión, «creando» nuevos huesos que ayuden a repartir el peso de la cabeza por una superficie mayor.
Cabe destacar que en la antigüedad, las personas también inclinaban la cabeza, fuese para leer u otra actividad, pero ningunos sufrió una metamorfosis.
Los expertos señalan que en el pasado no se dedicaba tanto tiempo a leer libros como se emplea en la actualidad a los teléfonos inteligentes, por el cual no sufrieron un cambio parecido.
Shahar cree que este proceso será irreversible y que dicho «cuerno» seguirá creciendo en el futuro.. ¿Qué opinas? Déjanos tu comentario más abajo.
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